ZINE SE ESCRIBE CON Z

Bienvenido al rincón más friki de Inernet. Si de verdad quieres entrar en un mundo decadente y de bizarrismo sin límites, no te pierdas las películas que aparecen en esta sección. Avisado quedas de los efectos secundarios. No apto para personas sensibles...

domingo, 15 de abril de 2007

LA ÚLTIMA CASA A LA IZQUIERDA


Tras la tregua que os di el anterior número con la fantochada de “Napoleon Dynamite” y sus estupideces de adolescente inadaptado, esta vez vuelvo un poquito por donde solía, y os traigo posiblemente la película más bestia de todas las que os he hablado hasta el momento.

Olvidaros del gore, de sus tonterías de sangre a litros y casquería mal hecha, porque lo que traigo de verdad que te toca la fibra sensible. Nada de decapitaciones absurdas ni cabezas reventadas o brazos y piernas cortadas cual mantequilla que untas sobre pan de trigo… (¿a quién me recuerda esto del pan de trigo? en fin).

“La última casa a la izquierda” comienza cuando unos padres deciden irse a pasar unos días a una cabaña en mitad del bosque (sí, vale, empieza como toda la mierda de pelis adolescentes en plan asesino en serie, pero esperad…) y junto a ellos viajan su hija y una amiga de ésta. Una mañana las dos jóvenes salen a pasear por el bosque y se cruzan con tres tipos que les piden ayuda. Y ya tenemos película.

Las dos jóvenes son brutalmente (y quedaros con lo de brutalmente) violadas y asesinadas por esta gente. Pero es que la escena es sumamente dura, ya no sólo en lo físico, si no que también juega un papel muy importante la tortura psicológica a la que los criminales someten a las chavalas, y las humillaciones y vejaciones que les provocan. En serio, es una de las escenas más violentas y duras que he visto en mi vida…
Volviendo un poco a lo que os decía antes, refiriéndome a lo de los tópicos de las películas de miedo, está claro que tiene los típicos elementos, es decir, casa en medio de la nada a tomar por culo de cualquier cosa, dos chicas que andan por los bosques como si de vulgares Heidis se tratasen, tres asesinos más malos que su puta madre, etc,…, pero también hay que decir que estamos hablando de una cinta de los 70 (aclaración para los de la LOGSE: lo de cinta se decía antes de las películas porque se comercializaban en cintas VHS, que lo del DVD no ha estado siempre, ¿eh?), y firmada nada más y nada menos que por Wes Craven, nada más y menos que el director de la eterna saga Scream, todo un genio de las pelis de sustos y palomitas.

Vale, creo que hasta aquí diréis (los que os leáis esto, que seréis muy poquitos), pos bien, una peli de asesinatos con una escena violenta, las hay a patadas. Vale, vale, valientes, que todavía no he terminado.

Las putas casualidades de la vida hacen que estos tres cabrones acaben refugiados en la misma cabaña en la que se hospedan los padres, preocupados ante la ausencia de su hija y la amiga, pero que no sabían de su final fatal.

Sin joderos cómo lo averiguan, los padres descubren que algo les han hecho esos tres a las dos zagalas, y aquí empieza un homenaje para los fanáticos de las escenas bestias y retorcidas, ya que los viejos de la chavala no veáis cómo se las gastan, y les devuelven todo el sufrimiento con creces.

Sólo contaros una escena. Mientras uno de ellos duerme, la madre lo despierta y lo ata a la cama, momento en el que entra el padre cargado con martillo y cincel (para los de la LOGSE: un clavo la hostia de tocho). ¿Y sabéis en que parte del cuerpo deciden esculpir? ¡¡No, en esa no, mal pensados!!. Pues ni más ni menos que a la altura de las encías, justico donde empiezan a brotarle los dientes al colega. De verdad, vosotros no sé, pero a mí no hay cosa que me dé más tiricia que ver algo que roza en una dentadura. Junto con la escena de la boca en el bordillo de la gran obra maestra “American History X” consiguen que me retuerza de asco.

Pues nada, resumiendo un poco, que esta vez sí que os aviso de que es una película dura de verdad, sin bromas ni tonterías. No tiene las escenas absurdas en las que todo se vuelve del color de la sangre y de las entrañas de los protagonistas, pero lo cambia por el verdadero sufrimiento de las dos jóvenes, y la bestial venganza de los padres. Nunca mejor dicho, ojo por ojo y DIENTE POR DIENTE…



Trailer de la peli... en inglés, pero no hay otra cosa

domingo, 1 de abril de 2007

NAPOLEON DYNAMITE


Esta vez olvidaos de cabezas cortadas, amputaciones de miembros o casquería y tripas inundando la pantalla absurdamente. Este número está dedicado a las personas sensibles, a esos corazoncitos tiernos y a esas sensibilidades fácilmente susceptibles, que se impresionan ante la mínima muestra de violencia y degeneración.

Para todos ellos, y para los fieles de esta sección (sí, lo sé, esto no lo lee ni el gato, pero qué coño, dejadme que me engañe a mí mismo, ¿vale? No le hago daño a nadie) traigo “Napoleon Dynamite”, una peli de instituto en la que no vais a encontrar ni pizca de gore, pero no todo el cine de serie de z tiene porqué ser violento (aunque si veis la película, y no acabáis con ganas de soltarle dos hostias al protagonista, no sois personas).

Como es costumbre en mí (si es que soy demasiado generoso) os resumo un poquito el tema de la peli. Napoleon Dynamite (sí, el chaval se llama así) es un marginado social, que vive un infierno en su época adolescente (y tú dices, coño, normal), tanto en el instituto como en su casa, dónde a cargo de su abuela (borracha, maltratadora, y ludópata) convive con su hermano, que para que os hagáis una idea, imaginaros a la persona más capulla e insoportable que conozcáis, pues bien, éste la supera con creces. O sea, que va de un inadaptado cuya vida es un infierno, en pocas palabras.

Con todo esto, un día llega a la escuela un estudiante extranjero, Pedro (otro fichaje de estos de mear y no echar gota, os lo digo) con la intención de ganar las elecciones a presidente del consejo escolar o alguna pollez de ésas americanas (en serio, esta gente entre elecciones a presidentes, reinas y reyes de bailes, clubes de debates, concursos de ortografía, ¿concursos de ortografía? No me jodas,…, bueno eso, que ¿cuándo cojones estudian estos yankies? Si se pasan la vida con mamonadas). Y como Dios los cría y ellos solitos se juntan, pues ya sabréis de quién se hace amigo. Y para completar el trío calaveras, una chavalita por ahí en medio mal metiendo que o bien le faltan un par de primaveras de verdad, o deberían darle todos los premios de la industria del cine de golpe, porque lo borda la cabrona.

El último personaje del que vale la pena decir algo, aunque no sea decente ni respetuoso (¿qué esperabais?) es el tío de Napoleon, un fracasado de estos que en la vida admitirán su condición, obsesionado con su carrera de jugador de fútbol americano frustrada, y que encuentra en la venta "puerta por puerta" la oportunidad de su vida de llegar a ser alguien con éxito. Sí, como si vender tapperwares (o cómo mierdas se escriba, me da igual) a las pobres mujeres amargadas de estar en casa esperando a que sus maridos lleguen borrachos del trabajo le va a reportar el tesoro de la corona vamos. Tan sólo este oficio (el de vendedor "puerta por puerta") tuvo un reflejo insuperable en el mundo del cine, y fue en “Eduardo Manostijeras”, dónde la madre de Wynnona “cleptómana” Ryder se dedicaba a vender productos de belleza, al tiempo que hacía de consultora de todo su vecindario.

Bueno, que como es costumbre en mí, me he ido del tema. Estos son los elementos fundamentales de la película. Personajes patéticos y provocadores de la ira y el odio del espectador, ambientes opresivos y humillantes para los que en ellos viven, y una serie de situaciones a cada cual más freak y absurda: por poneros un ejemplo, el colega Pedro, ante un ataque de calor brutal, llega a la conclusión de que es su pelo lo que se lo provoca, ante lo cual, decide raparse, pero claro, después le da vergüenza que lo vean calvo, y mientras encuentra un peluquín más humillante todavía si cabe, se pasa media película con una capucha y recluido en su casa.

Esta gran obra maestra de nuestro tiempo (gran ejercicio de sarcasmo el que me acabo de marcar) se la debemos al director de otro gran clásico de la comedia z, “Super Nacho”, que si tampoco sabéis cuál es (en serio, un cine es una sala dónde te sientas en una butaca y en un pantallón bestial ves una historia interpretada por personas que son actores, y cuyo conjunto se denomina película…, por si acaso no sabéis nada, que ya no sé) pues se trata de la historia de un cura que quiere ser luchador y lleva una doble vida (¿quién le hace los guiones a este tio? Y peor aún, ¿quién le pone la pasta?). Eso, que el tío se ha lucido con su dos películas. Y además, en “Super Nacho” sale Jack Black (¿tampoco sabéis quién es? Un tipo gordito, capullo, imbécil, estúpido, que ha hecho pelis como “King Kong”, “Escuela de Rock”, o “Amor ciego”, dónde por cierto, hacía un gesto tapándose la cara y destapándola soltando un gritito que cada vez que me acuerdo me pongo de mala hostia).

Vale, pues ya está, que no os digo nada más que luego resulta que escribo mucho. Que es una película muy freak, rarísima, muy curiosa, y que se sale (y tanto) de la típica película de adolescentes e institutos. Como siempre os digo, vedla, opinad, y ya me contaréis, que no hace falta que te intenten contar el secreto de la eterna juventud para que disfrutes con una película. Por cierto, a mí no me gustó, pero seguro que hay alguien más raro que yo por ahí suelto.

PD: lo mejor es el pasatiempo de Napoleon Dynamite, que se pasa la vida jugando a un “deporte” que consiste en golpear una pelota sujeta a un poste con una cuerda, en su parte más alta, y que tiende a enrollarse en el mismo. Más difícil de lo que parece, en serio…